demasiados días grises
Hay días en los que te derrumbas, días en los que no eres capaz de levantar la cabeza
¿Qué me está pasando? ¿A qué estoy llegando? ¿Es esto lo que quiero?
Te la meten, te las metes
La existencia nos engaña, cada vez tengo más claro que el mundo ha sido creado para dejar de creer en él. Cuando necesitas tomar decisiones importantes, una parte de ti escucha atentamente esos consejos de corazón que sólo recogen palabras que proceden de la cabeza. Te detienes y escuchas todo tipo de opiniones, piensas con el corazón, sientes con la cabeza.
Latidos programados, relojes con rutinas prediseñadas, horarios donde tener la mente ocupada, no pienses, no sientas, no mires, no actúes, no temas, aquí estás a salvo, ésa es tu sala de espera.
Poco a poco, estoy migrando a otro continente de mi contenido vital, mi pecho cada vez me grita más fuerte que necesita salir, mi cabeza me avisa cada noche de que mañana será todo así, mi espalda, mis músculos, mi sustancia gris, mis neuronas, mi sangre, todo cada vez está más débil y mi corazón me dice que no es de vivir.
Cuando necesitas desconectar de tu día, algo falla. Cuando ya no lees, cuando retienes menos aire en los pulmones, cuando sientes que estás desaprendiendo lo imprescindible, cuando tienes más sueño y menos sueños, algo falla.
Echo de menos lo de verdad, echo de menos el tiempo con él, echo de menos sentirme bien, echo de menos reconocerme, echo de menos tenerle, echo de menos mi vida con él, echo de menos no llorar, necesito salir de aquí, necesito hablarle, necesito una conversación amena con él, no puedo más
Me mata. Me mataba su forma de hablarme, me mataba cada discusión, me mataba no ser capaz de mantener una conversación sin alterarnos, me mataban sus rencores, me mataban todos mis errores, me mata que me recordase todas mis debilidades, me mataba no poder salir de los errores, me mataba...
Y me sigue matando, me mata su ausencia, me mata su distancia, me mata no saber nada de él, me mata su cabezonería, me mata alargar tanto el tiempo de espera, me mata no poder salir adelante, me matan sus entradas, me mata ser consciente de todo lo que piensa de mí y de mi vida que son inciertas, me mata ser la mala de la historia, me mata que aún echándome atrás el mismo día en el que le pedí tiempo, porque según él era el final, no lo aceptase
Mientras voy matándome lentamente, en días como hoy, él sigue pensando que mi vida es genial sin él, y quizá esto sea lo mejor, llegados a ese punto en el que ni me cree ni me conoce, sufrir a solas, porque no tengo intención de ir dando pena, nunca lo he hecho, ni nunca lo haré, y aunque esté pasando putas aquí seguiré, intentando salir de esta, una vez más
nacemos y morimos solos
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