Los hay de los que se dedican con ansias a encontrar la respuesta precisa a una ecuación. Luego estamos los que buscamos la ecuación a cada respuesta dada. La cuestión es la propia cuestión. Y la búsqueda sin encuentro para que nada acabe y todo siga porque la felicidad, para algunos, no está en la certeza. Pero no nos engañemos, tampoco en la incertidumbre. Ahí sólo residen los curiosos.

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