abrir el sobre y encontrarme con estas palabras..

Es hermoso saberme entre tu nombre, y por eso ahora duelen y sangran mis labios, es amargo pronunciar lo que termina en nada, vuelvo a verte, pero tú no te das cuenta cuando te observo, y se que es posible que ya encierres en otro nombre tu presencia, tus miradas, la adorada humedad de tu cabello, tus manos juguetonas.
Ahora es de noche, y aquel adiós me devuelve la certeza de que ya no eres cierta, es verdad que tu boca irá deshabitándose,  no puedo imaginar que estés con otro, allí por ese reino donde ahora enmudeces, mordiéndote los labios como lo  hacia yo antes, aunque sea triste, quizá eso sea vivir, ir olvidando, ver que mis palabras están llamando a nadie, saber que una sombra súbita, agrieta la mas cierta esperanza.

Poder tener la vida entera para vivir tantas y tantas cosas, y en cambio poseer el tiempo justo para meterlo todo, en una maleta rota. Los viajes, las fotografías, los paseos, los libros, los ratos de silencio, las caricias, los abrazos, los besos, las huidas, las trampas peligrosas donde caíamos a veces, las palabras, que al final, terminaban rescatándonos, el primer día,  los planes para volver a vernos, una imagen de ti con el pelo mojado saliendo de la ducha, el tacto de tu piel todavía en mis dedos, las ganas de reír en plena madrugada, mis camisas, toda la música que escuchamos, lo que estuve a punto de decirte, lo que desgraciadamente, al final, callé. Cinco años de pura y dura felicidad,  de amor, gracias a ti, y es que aunque lo haya intentado no encuentro a nadie capaz de reemplazarte, nadie como tú, nadie que me despierte eso que me despertaste tú, que me haga sentir todo lo que me hiciste sentir tú, son muchísimos momentos los que viví agarrado a tu mano, tu apoyo, tu coprensión. Desde aquel adiós, desde hace ya setecientos cuarenta y dos días, sigo sin poder olvidarte, sigo sin poder quitarme el deseo de volver a abrazarte de decirte que te quiero, de despertar a tú lado. Tú, en cambio, ya te olvidaste de mí, cada vez que te veo sigues tan alegre como antes, con esa sonrisa perfecta y esos ojos radiantes. Y yo, la cagué, nunca en mi vida me he arrepentido tanto de algo, esta nostalgia que siento cada vez que es de noche, recordándote, recordándonos.

Todo eso acabo, aprieto tu adiós en mi mano, y tu nombre se estrella contra la esquina del tiempo, demasiado tiempo, sin embargo, he de seguir así  diciendo cosas tuyas a la noche, abrazado, a la orilla del recuerdo, llevándote en mis sienes, buscando tu presencia, en cada paso

Ahora solo te pido un favor, no dejes que termine de escribir este poema, quítame este folio de la mano, rómpelo y dime que nuestro adiós fue tan solo una mentira, que tu tampoco me has olvidado, y es que lo mejor que me ha pasado en esta vida lleva tu nombre, y a día de hoy, te sigo queriendo...

" que aun sin tu piel... me quema tu piel, que aun sin tus uñas... me arañan tus uñas, que aun sin tu voz... aun sin tu voz...  me sigue atormentando tu voz"


Y lloro, no lloro porque te quiera, lloro por tus palabras, por todo aquello que vivimos, por todos esos recuerdos, porque sí eramos felices, hasta que se terminó, porque tú quisiste, y ahora me vuelves con lo mismo de siempre, y ya es muy tarde, hace muchísimo tiempo que deje de quererte, no te guardo rencor, pero tampoco te guardo amor, ni cariño, pasado. Y otra vez, te vas a quedar sin respuesta, si alguna vez te veo te saludaré, cómo si esta carta no hubiese llegado a mí, no te restriegues más, olvídame de una vez.

Comentarios

Entradas populares de este blog

pequeños placeres de la vida

dicen que de los errores se aprende

no es tan fácil como parece