porque letras no faltan
Hace poco descubrí la diferencia entre estar loca y hacer locuras, fue un libro quien me lo preguntó y alguien quien me respondió. Cuando haces preguntas al aire, tienes miedo de la verdad, porque sabes que va a ser un momento en el que no vas a poder -aunque quieras- dejar de escuchar. Las palabras en el aire son como balas disparadas por armas que son bocas, creadas por genética y que, a menudo, nunca saben qué decir cuando ya no sienten nada. Suficiente, conformismo o rutina, aunque a mi yo de ayer le guste escribir “bonitas costumbres”. Siempre que veo a A, acabamos hablando del 10 en los vínculos, de lo intenso que supone desconocer a alguien, de lo único que es ir acariciando heridas con los dedos, besando cada recuerdo y volviéndolas a cubrir. A, es alguien que sabe que nunca fue sólo alguien para mí. Ahora A sigue creciendo, como el árbol que plantas y sales cada tarde a ver sus hojas, a encontrar sus diferencias, a quererle sus manías... Ahora A, sigue creciendo y yo sig...