pobre de mí

La gente se junta y va cantando el "pobre de mí, pobre de mi, que se han acabado las fiestas de San Fermín", la canción de despedida, y entre medio todo el muestrario de canciones sanfermineras y el "ya falta menos" (para que llegue el siguiente Sanfermin, claro).

La gente está triste porque todo se acaba y vuelve la rutina, pero también está deseando que se acabe porque no puede más. En realidad el Pobre de mí es la culminación de todo un día de despedidas: la despedida de los gigantes, por la mañana, la despedida de las peñas en la plaza por la tarde.

En el pobre de mí no hay tanta aglomeración como en el txupinazo, aunque cada vez hay más gente. Es costumbre asistir con una vela encendida. La mayoría, con muy buen criterio, le pone un vaso de plástico alrededor.

Y ya está, se acabó, aunque no para todos: mucha gente se niega a lo inevitable y sigue de copas toda la noche mientras la vida diaria le va segando la hierba debajo de los pies, le cierra bar tras bar y el amanecer le pilla todavía de blanco y rojo.
AGUR SAN FERMIN!

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