Maldita seas.

Sí, maldita seas tú y tus ojos.
Yo y mi incapacidad para dejar de mirarte.
Maldita sea la noche en que olvidé hablar por tenerte delante
Pero qué formas tan absurdas de perder las mías.
No sé si te lo han dicho antes pero parece que tengas en la piel cuchillos y me encantaría morir desangrada desde que sólo pienso en rozarte.
Que tengo un ejército preparado y una amenaza de vida: o dejas de callar así o voy a tener que enamorarme


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