Me siento desnuda. Sin ropa, sin maquillaje y con los sentimientos a flor de piel. Todos necesitamos nuestro momento de explotar y de sacar nuestras lágrimas a pasear. Es justo que también os cuente que no siempre tengo la sonrisa en mi cara, y que no me importa. Somos humanos, soy humana, y a veces nos sentimos desnudos.

 

 

 

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