querer empezar de cero y ver que es imposible, que las cosas han cambiado, que lo conocido se convierte en desconocido, un círculo demasiado complicado para salir

Entre matarme y atarme hay una M de diferencia.
Quítala y guárdala para amarme después.

Si quieres...
Para cuando seamos capaces de hacernos reír sin tener que tropezar.

Y aquí estamos...
Sucediendo, y convenciéndonos de que somos un destrozo más del experimento que es quererse.

Probándonos, inventando. 
Leyéndonos entre líneas y alineándonos para la próxima jugada.
Si seguimos así...
Acabaré pidiendo una tregua como quién pide un corazón nuevo.

Y tú tendrás la M guardada para volver a matarme, atarme o (sonríe) amarme.





Comentarios

Entradas populares de este blog

pequeños placeres de la vida

dicen que de los errores se aprende

no es tan fácil como parece