yes, I love you


Me estiro delante de la pantalla. Hago sonar mis dedos. Ciertamente, intento encontrar las palabras perfectas, aunque en realidad no existan. Probaré a poner música, que me recuerde a eso. No. Tampoco funciona. Piensa, piensa. Venga, mujer, imagínate que está delante tuya. ¿Qué dirías? Nada. Me quedaría callada, observando y analizando. Maravillándome. Puede que sonriera. Pero aquí sigo, delante del portátil. Las teclas debajo de mis yemas esperan a ser pulsadas con el fin de describir a lo que echo de menos cuando está lejos y deseo que vuelva. A lo que cuando está cerca me vuelve pletórica y me hace sonreír. A lo que quiero. ¿Sabes de qué hablo?
Y ahora, cambia el pronombre neutro por el masculino.
Al que echo de menos cuando está distante y deseo que vuelva.
Al que cuando está cercano me vuelve pletórica y me hace sonreír.
Al que quiero. Porque sí, te quiero.


Comentarios

Entradas populares de este blog

pequeños placeres de la vida

dicen que de los errores se aprende

no es tan fácil como parece